Encuentro del cristiano con el ateo o agnóstico: Requisitos éticos y psicológicos

Los agentes de pastoral –en sentido lato, todos y cada uno de los cristianos- laicos, clérigos o religiosos, se vienen encontrando en forma creciente, tras la situación de independencia religiosa, frente personas agnósticas, ateas o indiferentes. Estos encuentros los tienen la posibilidad de presenciar tanto en las distintas áreas de la vida civil, como en los campos eclesiales. En el primer caso quiero decir que las áreas de la vida familiar, el trabajo profesional, las ocupaciones ciudadanas culturales o políticas, las vivencias del momento de libertad, etcétera. En el segundo caso quiero decir que ocasiones de la vida parroquial o de otros campos eclesiales.

De manera lenta se marcha superando en este país la percepción distorsionada entre cristianos de una sección y ateos y agnósticos de otra. Va reduciendo el prejuicio, por la parte de estos últimos, de que los católicos habitúan a ser personas mucho más bien infantiles, bastante dependientes de introyecciones de la niñez, muy pocas entre la gente letradas y científicas. También va reduciendo, por la parte de los católicos, el prejuicio de que un ateo difícilmente puede ser un individuo de prominente nivel ético, con altura de miras