En cuerpo y almas: La mediadora

Llevo por nombre Ada. Tengo veintinueve años y hace cinco que decidí venir a vivir a Besalú, un bello pueblo medieval de la provincia de Girona. Me instalé en la casa que heredé de mi abuela, monté mi solicitud de masajes y decidí arrancar una exclusiva vida para dejar atrás las consecuencias de un pasado lleno de catástrofe. Y no me va nada mal... Hasta el momento en que un inconveniente de prácticamente 2 metros, con unos ojos negros gigantes y una placa, me mete de lleno en una investigación donde, sin estimar, me han implicado. La irrupción del Inspector Ezequiel me impulsará a combatir mis temores y me forzará a abrazar el don que jamás acepté y a dejar de tener miedo a la vida. Y sucede que mi abuela lleva razón: es imposible vivir a medias. Y hay que tener miedo a los vivos, no a los fallecidos.Y eso piensa comprender que una moneda tiene 2 caras, que con el cariño asimismo viene el mal y que sin paseantes no hay intermediarias.Esta es la aventura de varios, no solamente la mía.¿Me acompañas a atravesar el puente?