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Precuela de Therion: Historia paralela a "El camino del Caos II" donde un ser abyecto está con Therion en las catacumbas.
Este poema filosófico, una parte de la propuesta de que la presencia de un cosmos ordenado en un Cosmos, necesita un lenguaje y no solo un lenguaje sino más bien un refinado lenguaje.
Cuanto mucho más refinado y fuerte es el lenguaje, tanto mucho más rico es el Cosmos y la seguridad de su orden.
En un hipotético estado de naturaleza, el hombre vive sometido a los poderes del Caos, sin entendimiento, sin ningún sentido, sin reposo y sin cobijo.
Pero la fuente misma del bien participa de una misma esencia con el lenguaje, que saca al hombre de su estado de brutalidad poco responsable y lo realiza hombre: algo que puede accionar como dueño de sus actos.
No obstante, en el momento en que el lenguaje se degrada, la seguridad del cosmos se rompe y el Cosmos se desmorona en el Caos, que semeja ser algo nuevo de lo que había antes de haber Cosmos, por el hecho de que el término de Caos se configura como contrario de un planeta que se nos ofrece antes ordenado. Por ende el Caos es la humillación del orden en una estado de inesperado y demoledora corrupción.
El síntoma mucho más importante de que el planeta ordenado en un todo inteligible se está resquebrajando, es el ocaso del lenguaje. En el momento en que el lenguaje degenera, el planeta se dirige a la barbarie.
A lo largo de eones, todo se sometió al yugo incomprensible del Caos.
Prenda del bien y con poderoso imperio, el Lenguaje erigió el Cosmos, el Cosmos ordenado, con la substancia inefable del Caos.
El devenir de las edades, decayó el lenguaje en instrumento de concepciones vacuas, impotentes frente al Caos, desintegrando la composición del Cosmos.
Mientras que la verdad se desmorona, brotan los héroes del crepúsculo, los vencedores de un planeta demolido. Varios son sus hechos de armas y sus blasfemias
Este poema filosófico, una parte de la propuesta de que la presencia de un cosmos ordenado en un Cosmos, necesita un lenguaje y no solo un lenguaje sino más bien un refinado lenguaje.
Cuanto mucho más refinado y fuerte es el lenguaje, tanto mucho más rico es el Cosmos y la seguridad de su orden.
En un hipotético estado de naturaleza, el hombre vive sometido a los poderes del Caos, sin entendimiento, sin ningún sentido, sin reposo y sin cobijo.
Pero la fuente misma del bien participa de una misma esencia con el lenguaje, que saca al hombre de su estado de brutalidad poco responsable y lo realiza hombre: algo que puede accionar como dueño de sus actos.
No obstante, en el momento en que el lenguaje se degrada, la seguridad del cosmos se rompe y el Cosmos se desmorona en el Caos, que semeja ser algo nuevo de lo que había antes de haber Cosmos, por el hecho de que el término de Caos se configura como contrario de un planeta que se nos ofrece antes ordenado. Por ende el Caos es la humillación del orden en una estado de inesperado y demoledora corrupción.
El síntoma mucho más importante de que el planeta ordenado en un todo inteligible se está resquebrajando, es el ocaso del lenguaje. En el momento en que el lenguaje degenera, el planeta se dirige a la barbarie.
A lo largo de eones, todo se sometió al yugo incomprensible del Caos.
Prenda del bien y con poderoso imperio, el Lenguaje erigió el Cosmos, el Cosmos ordenado, con la substancia inefable del Caos.
El devenir de las edades, decayó el lenguaje en instrumento de concepciones vacuas, impotentes frente al Caos, desintegrando la composición del Cosmos.
Mientras que la verdad se desmorona, brotan los héroes del crepúsculo, los vencedores de un planeta demolido. Varios son sus hechos de armas y sus blasfemias
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