EL REY CHATARRERO: Javier García Roche

En el momento en que me miro en el espéculo veo a un pibe que hizo bastante daño a otros pibes. Veo a un joven violento que llevó por el sendero de la amargura a sus viejos. Veo a un golfo que ha traicionado a sus parejas. Pero hay algo mucho más. Un suave, prácticamente imperceptible brillo en los ojos, un pequeño rincón de paz. Y sucede que logré con bastante sacrificio salir adelante y dejar el pozo de las drogas merced a mi religión: el boxeo. He llevado una carrera, he llenado pabellones, me he sentido amado. La pasión por los animales es el epicentro de mi vida, y he ayudado en todo cuanto he podido a varios de ellos. En el momento en que observo ciertos perros que estaban a puntito de fallecer, y los veo sanos, corriendo contentos con otros perros, entonces me percato de que algo positivo hicimos. Este pibe, el del espéculo, igual no es tan hijo puta como pensaba.