EL POZO Y EL PÉNDULO

Nuestro Personaje principal empieza el relato, ahora fatigado, en una obscura celda en donde la inquisición de españa encierra a quienes condena, y donde la tortura que esta aplica radica en la soledad, el abandono, la obscuridad, el frío y el apetito. El torturado personaje principal está atado en prácticamente su integridad y experimenta la angustia de entender su próxima muerte ya que un péndulo desciende hacia él. Después de medir el tamaño de su celda, este revela una fosa profunda con agua situada en el centro del lugar. Seguro de que va a ser fallecido por la navaja del radical de semejante péndulo, se entretiene con la trayectoria del objeto, pero entonces se le sucede un concepto, recordando que tiene a su predisposición algo de carne, comida que compartía con las ratas. Con contrariedad consigue rociar su cuerpo con un tanto del alimento, y los roedores le brincan encima, comiendo y royendo la cuerda que le tiene atado. Ahora liberado, inmediatamente el péndulo se detiene y el hombre en cuestión razona que es observado, y que se prepara para él una muerte quizá peor.