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Estudiar la manipulación de masas supone charlar de Joseph Goebbels, ministro de publicidad del partido nazi y uno de los más importantes gobernantes de Hitler. Y nos agrade o no, este hombre te enseña.
Los principios que él realizó son la base de una gran parte de la propaganda y publicidad política de las últimas décadas. Goebbels tenía clarísimo de qué manera debía hacerse la publicidad del partido y sin ningún género de dudas el éxito de exactamente la misma fue despiadado. Lo que este hombre escribió en la primera mitad del siglo XX prosigue vigente en el siglo XXI, y todos los principios de la publicidad de aquella temporada le han servido a mucho más de un gobierno y compañías multinacionales cerca del planeta. Sí Goebbels hubiese decidido ser publicista en lugar de ministro de publicidad alemán, su éxito hubiese hecho ganar mucho dinero a la compañía para la que trabajara.
Ninguna de las cosas que afirma en sus principios de manipulación son falsas ni inútiles, por eso se usen en el campo político y en cualquier profesión que tenga algo que ver con la propaganda. Miren la televisión, miren las novedades con este producto enfrente y van a poder ver todos sus principios aplicarse.
Los enormes medios despersonalizan y alienan a la sociedad. Para esta la propaganda tiene un profundo encontronazo en como la gente comprenden la vida, el planeta y a sí mismas.
Gracias a la propaganda y el poder de los medios, la sociedad tiene una enorme aptitud para transformar las cosas esenciales en secundarias y para entregar valor a las secundarias. Prácticamente todas la gente acaban transformándose en «monos de imitación».
La publicidad actualizada no se dirige a la razón, sino más bien a la emoción, es de esta manera porqué apela a la sugestión hipnótica. La incesante reiteración de exactamente la misma fórmula
Los principios que él realizó son la base de una gran parte de la propaganda y publicidad política de las últimas décadas. Goebbels tenía clarísimo de qué manera debía hacerse la publicidad del partido y sin ningún género de dudas el éxito de exactamente la misma fue despiadado. Lo que este hombre escribió en la primera mitad del siglo XX prosigue vigente en el siglo XXI, y todos los principios de la publicidad de aquella temporada le han servido a mucho más de un gobierno y compañías multinacionales cerca del planeta. Sí Goebbels hubiese decidido ser publicista en lugar de ministro de publicidad alemán, su éxito hubiese hecho ganar mucho dinero a la compañía para la que trabajara.
Ninguna de las cosas que afirma en sus principios de manipulación son falsas ni inútiles, por eso se usen en el campo político y en cualquier profesión que tenga algo que ver con la propaganda. Miren la televisión, miren las novedades con este producto enfrente y van a poder ver todos sus principios aplicarse.
Los enormes medios despersonalizan y alienan a la sociedad. Para esta la propaganda tiene un profundo encontronazo en como la gente comprenden la vida, el planeta y a sí mismas.
Gracias a la propaganda y el poder de los medios, la sociedad tiene una enorme aptitud para transformar las cosas esenciales en secundarias y para entregar valor a las secundarias. Prácticamente todas la gente acaban transformándose en «monos de imitación».
La publicidad actualizada no se dirige a la razón, sino más bien a la emoción, es de esta manera porqué apela a la sugestión hipnótica. La incesante reiteración de exactamente la misma fórmula
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