El hombre que se enamoró de la luna

El demonio es… aquel que te confunde y no te permite contar tu historia. Evocativa y carnal, la narración de El hombre que se enamoró de la luna está contada por Cobertizo, un huérfano sin origen que solo puede interponer, entre él y el demonio, las expresiones recién aprendidas de un idioma que le resulta extraño y su amor por Dellwood Barker, un cowboy de ojos verdes que podría ser su padre.

En 1880, en Excellent, Idaho, Cobertizo es violado a punta de pistola por el hombre que esa noche asesinará a su madre india. Ida Richilieu, prostituta y regidora del pueblo, dueña de un saloon pintado de color de rosa, se encargará desde ese momento de su crianza. Historia de una educación y de una iniciación, El hombre que se enamoró de la luna prosigue el sendero místico de Cobertizo en pos de su identidad, sendero sembrado de falsas pistas.

Una novela donde la sexualidad es conmemorada en sus formas y manifestaciones, donde la crueldad quema las yemas de los dedos que afirman la página. Y, no obstante, El hombre que se enamoró de la luna es una novela sobre la caída del lenguaje: sobre de qué manera vivir en los espacios en blanco que quedan entre 2 expresiones.