El hombre que cayó en la Tierra

Huyendo de la devastación nuclear de las guerras que prácticamente aniquilan la vida en Anthea, mundo del sistema del sol, el extraterrestre de aspectos humanoides Thomas Jerome Newton desciende en la Tierra tras años de adiestramiento y estudio de las prácticas terrícolas con la misión de crear una nave espacial con la que mover a los pocos antheanos que subsistieron a la hecatombe y poder de este modo garantizar la supervivencia de su estirpe.
Pese a su complexión increíblemente frágil y de una sensibilidad patológica a la gravedad y la temperatura terrestres, Newton tiene una sabiduría muy mayor a la humana, lo que le dejará cambiar el planeta con ciertos inventos -una película fotográfica ultrasensible, un insólito trámite de refinado de petróleo- y transformarse en una de las considerables fortunas de la Tierra. No obstante, el contacto con los humanos, el desarraigo y una inclinación natural a la melancolía lo transformarán en un alcohólico y van a poner en riesgo su misión.
"El hombre que cayó en la Tierra" se encuentra dentro de los enormes tradicionales de la ciencia ficción y una subversión del tema de la invasión extraterrestre. Desde una aproximación verdadera, teñida de la inquietud del existencialismo de posguerra y la amenaza de la Guerra Fría, la novela insufla vida a entre los alienígenas mucho más débiles y recordables del género.
David Bowie interpretó al antheano en la versión en celuloide del libro, apuntada por Nicolas Roeg en 1976. A fines de 2015, antes de su muerte, Bowie compuso el musical "Lazarus", secuela de "El hombre que cayó en la Tierra", que se estrenó en Novedosa York.