El epicureísmo

PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE COMUNICACIÓN Y HUMANIDADES 2015

PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS 2014

Una iniciativa para la alegría

En frente de la mística de las expresiones vacías, de los consuelos inviábles y de los premios o castigos de otro planeta, Epicuro levantó la estable muralla de un mensaje innovador. Con esto alumbró, de una luz diferente, la democratización del cuerpo humano, el apego a la vida y a la desprotegida carne de los hombres, entre cuyos sutiles y enigmáticos vericuetos incitaba la alegría y la tristeza, la tranquilidad y el mal, la generosidad y la crueldad. Y, más que nada, imaginó una educación y política del amor, única forma viable y ilusionada de continuar viviendo.

Epicuro lanzó entre los mensajes mucho más autores del pensamiento filosófico que, por causas no realmente difíciles de comprender, fué malinterpretado por los que sintieron conminada la hipocresía de la que se nutren. La filosofía de la corporeidad y del exitación no fue, en ningún instante, esa grosera versión ideológica que buena parte de la tradición nos ha entregado.

Entre otras cosas, el epicureísmo nos puso en sendero para sobrepasar, desde una revolucionaria iniciativa de la presencia, la doble ética, la doble o múltiple verdad, bajo la luz que se levanta desde el reconocimiento real del cuerpo, de su independencia y de su forzosa y caritativa instalación en el planeta.

Emilio Lledó