El camino de la imperfección: La santidad de los pobres (Sauce nº 218)

¿Está reservada la santidad para los virtuosos y los excelentes? ¿O tienen la posibilidad de los pobres, los heridos de toda clase, los pecadores, esperar llegar a la santidad? Si es verídica la expresión de Jesús "la Buena Novedosa es anunciada a los pobres", entonces la santidad debe ofrecerse y hacerse alcanzable a los mucho más heridos y desprovistos. En este tercer milenio, es urgente abrir la puerta de la santidad a los pobres y los heridos, por el hecho de que la parábola de los convidados al banquete es una auténtica promesa para ellos. Jesús, de condición divina, "se rebajó"