Las edades del puerto

Roberto regresa al pequeño pueblo pesquero en el que pasó su niñez para sanar las lesiones de la última pérdida de su mujer. Allí, entre las calas, al lado del puerto, va desmadejando los recuerdos de su pasado, recuerdos de los juegos infantiles al lado de sus amigos Nora y Pedro, indivisibles y leales, de los días preciosos y de las largas noches de verano al lado del faro. Pero asimismo van a flote los instantes mucho más amargos que le tocó vivir al lado de ellos y que los apartaron para toda la vida. El cariño, el destino y el tiempo son presentes de esta historia que nos obsequia instantes memorables al amparo del eterno faro. Una narración acerca de el cariño y la pérdida, sobre el poder de la amistad verídica y la aptitud de encararnos a nuestros monstruos, por muy terroríficos que estos sean.