Un disfraz para una dama

Tras haber vivido con su tía Francesca largos años en Venecia, Emma Bright debe regresar a su Inglaterra natal reclamada por su padre que tiene planeado casarla con un viejo duque. Alertada de los oscuros manejos de su padre, quien jamás la deseó y unicamente se interesó por ella en el momento en que podía llevar a cabo de su boda una actividad rentable, Emma escoge afearse a través de un disfraz para conseguir que su supuesto prometido la rechace. Su institutriz, Kate, una actriz retirada, le enseñó las artes de la caracterización y el vestido para crear un personaje, técnicas que Emma aprendió a controlar con perfección. Podía transformarse en quien se planteara en cuestión de minutos. Después de hallarse con su padre en Londres, y de los pésimos tratos recibidos, pues, merced a su caracterización, es el Duque quien por último la repudia