Discursos II: A Platón: en defensa de los cuatro. A Capitón (Biblioteca Clásica Gredos nº 233)

Elio Arístides es uno de los más importantes autores de la llamada Segunda Sofística, secundado por Dión de Prusa. En su temporada disfrutó de una popularidad colosal, y se le tuvo por entre los enormes oradores de la Antigüedad, llegándosele a parangonar con sus predecesores áticos de los siglos V y IV.
Elio Arístides (117-189 d.C.) es uno de los más importantes autores de la llamada Segunda Sofística, secundado por Dión de Prusa (cuyos alegatos llenan 4 volúmenes de la Biblioteca Tradicional Gredos). En su temporada disfrutó de una popularidad colosal, y se le tuvo por entre los enormes oradores de la Antigüedad, llegándosele a parangonar con sus enormes predecesores áticos de los siglos V y IV, incuso con Demóstenes. Fue un modelo primordial para los oradores helenos siguientes hasta la era bizantina.
Una de sus aportaciones mucho más auténticos a la oratoria y la literatura griegas radica en la composición en prosa de himnos a los dioses, en el momento en que la práctica siempre y en todo momento había sido escribirlos en verso. Y no exactamente por el hecho de que este se le resistiera (en algún artículo preservado Arístides hace gala de maestría en la versificación), sino más bien pues evalúa que la prosa es mucho más natural, polivalente, maleable y extraña a la rigidez de los esquemas métricos.
Hay que poner énfasis igualmente sus narraciones autobiográficas. Sus Alegatos sagrados son una biografía espiritual insólita en la literatura vieja: consisten en una descripción de la vida interior del creador a lo largo de su amplia permanencia en Pérgamo, en el momento en que pedía al dios Asclepio una curación para una patología, y refieren por riguroso sueños y resoluciones tomadas desde los mismos. El artículo resulta de colosal interés por la hondura y la intensidad de la introspección autobiográfica que realiza Arístides. Como atractivos secundarios cabe refererir las múltiples referencias al planeta de la vigilia, de donde aflora un fresco de la clase alta de Asia Menor en el siglo II, y el entronque con la literatura de la oniromancia, de forma especial con La interpretación de los sueños, de Artemidoro (publicada asimismo en Biblioteca Tradicional Gredos).