Diccionario De Lugares Comunes (Biblioteca Edaf)

Esta pequeña joya, considerada como el libro flaubertiano más especial, fue el emprendimiento mucho más extensamente acariciado por su creador. A lo largo de treinta años fue eligiendo, desechando y afinando las entradas de que debía constar este tan peculiar diccionario escrito contra los tópicos amasados por la burguesía francesa del siglo XIX. El consenso general expresado en los sitios recurrentes de este libro correspondía a una manera de meditar nuevo que por vez primera en Europa esbozaba lo que medio siglo después daría rincón a la rebelión de las masas y, mucho más adelante, a la omnipotente opinión del hombre de la calle. La lucidez del escritor no puede ignorar el fracaso que, frente sus ojos críticos, comienza a cosechar una democratización del comprender confundida con la fijación de saberes superficiales. Esa pereza mental extendida fue el enemigo público número uno de Flaubert. La llamada de atención de este Diccionario sostiene aún su vigencia y, por supuesto, con una resonancia perturbadoramente amplificada por los poderosos sitios recurrentes de todo el mundo contemporáneo.