Detrás y delante de los puentes (Narrativa nº 11)

"Son las seis de la mañana. Sendero hasta la parada del 43 que está del otro lado del río. No hay nadue en la parada. Llevo una bolsa de nailon donde he metido una toalla, un peine, un pequeño bote de gel que se utiliza para el cuerpo y el pelo, un maillot de espuma y unas zapatillas negras", cuenta la narradora de "Detrás y enfrente de los puentes" novela íntima y biográfica en que Berbel desgrana su niñez en Sant Adrià del Besós con fragancia a cubas, azufre y tabaco, pero asimismo al escay del gimnasio y a vaqueros en los roces del amor. Y a libros. "Quién sabe si la palabra alterará la agonía." Berbel se desviste en este relato caudaloso en que el vecindario y sus gentes trazan el mapa de sus sentimientos.