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Este libro quiere pensar críticamente sobre la verdad y las instituciones para convertirlas y ponerlas al servicio de los derechos humanos. Nuestra intención es abrir novedosas áreas de investigación para interpretar la interacción entre el derecho en todo el mundo y el derecho de adentro de los países que forman una parte del complejo sistema en todo el mundo y también interamericano de promoción y protección de los derechos humanos, investigar su eficiencia y ver a un sistema de derechos humanos complejo, cuya eficiencia y desempeño podría favorecerse de una aproximación holística al mismo.
Como resultará claro al lector, no se quiere desarrollar una teoría general sobre el sistema de protección de los derechos humanos. Las piezas que lo conforman se asientan en determinados convencimientos sustantivos basados en aproximaciones teóricas y prácticas a través de el ejercicio de la defensa de los derechos humanos en múltiples escenarios. Este desarrollo dinámico se desprende de entender que todos y cada uno de los avances sociales van a venir desde las propias sociedades. En estos procesos confluyen el orden local y el en todo el mundo. La red social en todo el mundo debe acompañar y respaldar el cambio popular sin reemplazar ni reemplazar. De ahí que, un sistema en todo el mundo, como el interamericano, no es un fin en sí sino más bien solo un instrumento que ha de estar al servicio de los actores nacionales y esos que luchan por transformaciones sociales que ahondan la vigencia de los derechos humanos.
Cada una parte de esta obra refleja una preocupación incesante que moviliza la reflexión teorética y el trabajo profesional: la situación de pobreza donde viven amplios ámbitos de la sociedad, la profunda discriminación y también desigualdad presente global y de forma local. No hay oportunidad de tener un sistema (nacional o en todo el mundo) de protección de los derechos humanos que no entienda, analice y contextualice las violaciones a los derechos humanos sin estimar la pobreza y la discriminación. Ellas son causa y consecuencia de violaciones a los derechos y las respuestas no tienen la posibilidad de abstraerse de tal contexto si quieren tener un encontronazo transformador.
El sistema interamericano se instaló como un actor persistente y sobresaliente en la discusión sobre la protección de los derechos y lo hizo, primordialmente, debido a que la Corte y la Comisión se enseñaron receptivas a las solicitudes de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos. Por este motivo, el análisis y discusión de las ambivalencias, contradicciones y vacíos jurisprudenciales que ya están, tal como de las adversidades y óbices que muestra la defensa de derechos humanos a nivel interamericano, son un imperativo preciso para estimar las potencialidades y restricciones que proporciona un mecanismo judicializado en todo el mundo para tutelar estos derechos colectivos. Un hilo conductor de los trabajos aquí publicados es la relevancia de tener una observación seria, reflexiva y critica del desempeño del sistema interamericano como de las mejores formas de fortalecerlo y proveerlo de mayor legitimidad.
Como resultará claro al lector, no se quiere desarrollar una teoría general sobre el sistema de protección de los derechos humanos. Las piezas que lo conforman se asientan en determinados convencimientos sustantivos basados en aproximaciones teóricas y prácticas a través de el ejercicio de la defensa de los derechos humanos en múltiples escenarios. Este desarrollo dinámico se desprende de entender que todos y cada uno de los avances sociales van a venir desde las propias sociedades. En estos procesos confluyen el orden local y el en todo el mundo. La red social en todo el mundo debe acompañar y respaldar el cambio popular sin reemplazar ni reemplazar. De ahí que, un sistema en todo el mundo, como el interamericano, no es un fin en sí sino más bien solo un instrumento que ha de estar al servicio de los actores nacionales y esos que luchan por transformaciones sociales que ahondan la vigencia de los derechos humanos.
Cada una parte de esta obra refleja una preocupación incesante que moviliza la reflexión teorética y el trabajo profesional: la situación de pobreza donde viven amplios ámbitos de la sociedad, la profunda discriminación y también desigualdad presente global y de forma local. No hay oportunidad de tener un sistema (nacional o en todo el mundo) de protección de los derechos humanos que no entienda, analice y contextualice las violaciones a los derechos humanos sin estimar la pobreza y la discriminación. Ellas son causa y consecuencia de violaciones a los derechos y las respuestas no tienen la posibilidad de abstraerse de tal contexto si quieren tener un encontronazo transformador.
El sistema interamericano se instaló como un actor persistente y sobresaliente en la discusión sobre la protección de los derechos y lo hizo, primordialmente, debido a que la Corte y la Comisión se enseñaron receptivas a las solicitudes de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos. Por este motivo, el análisis y discusión de las ambivalencias, contradicciones y vacíos jurisprudenciales que ya están, tal como de las adversidades y óbices que muestra la defensa de derechos humanos a nivel interamericano, son un imperativo preciso para estimar las potencialidades y restricciones que proporciona un mecanismo judicializado en todo el mundo para tutelar estos derechos colectivos. Un hilo conductor de los trabajos aquí publicados es la relevancia de tener una observación seria, reflexiva y critica del desempeño del sistema interamericano como de las mejores formas de fortalecerlo y proveerlo de mayor legitimidad.
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