Degenerado (Narrativas hispánicas nº 631)

El laberíntico monólogo de un hombre que,

enfrentado a una sociedad que le solicita que

sea alguien, le devuelve lo malo de que es

capaz.

Degenerado es la crónica de un proceso. Comienza una noche helada en el momento en que un hombre se dispone a hacerse un té y leer tras una extendida día. Próximamente lo distraen las luces de gendarmería: fuera de su casa los vecinos se agolpan, y, conforme corre el rumor de que el hombre es un pederasta, se arma una guerra campal. A los animales del corral, por su lado, no les atrae entender si el vecino es o no es un pederasta: desean comer, abrir la boca y que el dueño les eche algo. Mientras que, ciertos vecinos ahora solicitan la cabeza del hombre: como en las plazas públicas, sacan fotografías al culpado, y los chicos son alzados sobre los hombros. La madre del acusado está ausente, está presente, es testigo: ese es siempre y en todo momento el drama del amor materno. El acusado admite luchar hasta el desenlace contra todo y contra todos, por el hecho de que ¿quién está seguro de haber cometido un fallo? ¿Quién se puede autoinculpar? En la noche estrellada, ¿dónde comienza el criminal y dóndeel hombre franco?

Degenerado podría ser el cuento de un borracho o de un hombre que recuerda la guerra, pero pasa en tiempos de paz, en medio de una democracia capitalista. Degenerado, es, ya que, un laberíntico y sórdido monólogo pronunciado con un hilo de voz: el hilo de voz entrecortada de un hombre que, enfrentado a una sociedad que le solicita que sea alguien, que permanezca, le devuelve lo malo de que es capaz.