Cuelgamuros

Cuelgamuros va a ser siempre y en todo momento el centro de algo inexplicable, un campo de misterios que varios quisieron conocer y pocos consiguieron.

En Cuelgamuros, el creador impulsa la imaginación del lector a través de un realismo que nos transporta al unísono, en una fusión poco común, desde ese contacto real y directo, a un espacio de secretos, mágico y esotérico, con lo que subyace en él de espiritual y también dudoso. Desea invitarnos a entender y conocer la historia, famosa o imaginada, mediante importantes individuos y su común fascinación por ese rincón y su ambiente. Siempre y en todo momento con El Valle como centro, sus personajes principales -Miguel y sus amigos, en estos días, y Napoleóno Felipe II en otra temporada, por poner un ejemplo- van a viajar por el tiempo y el espacio, llevándonos de sorpresa en sorpresa, justificando de esta forma en parte la fascinación y el secreto, hasta la región que ocupa el día de hoy el monumento mucho más polémico de España, describiéndose conforme avanza la novela la política y su predominación en la sociedad.