Cotard

Todos llegaron a albergar la promesa de un nuevo planeta tras anunciarse la creación del arma determinante que terminaría con los enfrentamientos y guerras, pero los deseos del hombre por transformarse en Dios raras veces ven sus frutos. En el momento en que el virus que producía el extraño síndrome de Cotard logró subsistir mucho más de las veinticuatro horas para las que fue desarrollado, el caos se apoderó de todo y esos que antes se creían vivos pasaron a transformarse en escasas horas en fallecidos