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En quince cuentos (mucho mĂĄs un epĂlogo), veinte escritores recrean enormes jalones de las comisiones obreras. Historias de "todos o ninguno", de valentĂa y resistencia, de derechos y independencia.
âPetra acostumbraba a decir: âSi luchas puedes perder, si no luchas andas perdidaâ. Hay algo que mi memoria no ha podido ni deseĂł eliminar: el ejemplo de la mujer que luchĂł sin dejar que la amargura la venciese. A eso se le llama valentĂaâ. (Elvira Hermoso)
âGanamos perdiendo. O perdimos ganando, lo que elijas. No lograron con nosotros mucho mĂĄs que utilizando la fuerza, las amenazas, el chantaje. Desvestimos al rĂ©gimen, y eso lo comprendieron los que vinieron despuĂ©sâ. (Isaac Rosa)
âMi niñez como pastor de vacas, con apetito de proceder a la escuela y estudiar. No me sentĂa triste, pero sĂ rebelde. Fue la rebeldĂa lo que me liberĂł de la tristezaâ. (Manuel Rivas)
âEran seres indomesticables, las manifestaciones se sucedĂan desde mediados de la dĂ©cada de los sesenta. Retaban a un Estado totalitario cuyo Ășnico razonamiento era la utilizaciĂłn de la fuerzaâ. (BenjamĂn Prado)
âEl gerente se ha encerrado en su despacho. No recibe a absolutamente nadie. No hace mucho mĂĄs que telefonear, pero es inĂștil de solucionar nada. No disponemos equipos de protecciĂłn, ni material sanitario, ni respiradores, ni camas. No poseemos nada de nadaâ. (Unai Sueco y Bruno Estrada)
âPetra acostumbraba a decir: âSi luchas puedes perder, si no luchas andas perdidaâ. Hay algo que mi memoria no ha podido ni deseĂł eliminar: el ejemplo de la mujer que luchĂł sin dejar que la amargura la venciese. A eso se le llama valentĂaâ. (Elvira Hermoso)
âGanamos perdiendo. O perdimos ganando, lo que elijas. No lograron con nosotros mucho mĂĄs que utilizando la fuerza, las amenazas, el chantaje. Desvestimos al rĂ©gimen, y eso lo comprendieron los que vinieron despuĂ©sâ. (Isaac Rosa)
âMi niñez como pastor de vacas, con apetito de proceder a la escuela y estudiar. No me sentĂa triste, pero sĂ rebelde. Fue la rebeldĂa lo que me liberĂł de la tristezaâ. (Manuel Rivas)
âEran seres indomesticables, las manifestaciones se sucedĂan desde mediados de la dĂ©cada de los sesenta. Retaban a un Estado totalitario cuyo Ășnico razonamiento era la utilizaciĂłn de la fuerzaâ. (BenjamĂn Prado)
âEl gerente se ha encerrado en su despacho. No recibe a absolutamente nadie. No hace mucho mĂĄs que telefonear, pero es inĂștil de solucionar nada. No disponemos equipos de protecciĂłn, ni material sanitario, ni respiradores, ni camas. No poseemos nada de nadaâ. (Unai Sueco y Bruno Estrada)
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