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El propósito del Comentario Bíblico de William MacDonald es ofrecerle al lector católico medio un conocimiento básico del mensaje de la Sagrada Biblia. Asimismo tiene como propósito alentar un amor y apetito por la Biblia tal es así que el fiel deseará reforzar mucho más en sus bienes inacabables. Confío en que los eruditos hallen alimento para sus ánimas, pero van a deber tomar en consideración y entender que el libro no fue escrito primariamente para ellos.
Todos y cada uno de los libros fueron complementados con introducciones, notas y bibliografías.
Excepto Cánticos, Proverbios y Eclesiastés, la exposición del Viejo Testamento se muestra primordialmente de parágrafo en parágrafo en vez de versículo por versículo. Los comentarios sobre el artículo son aumentados por apps prácticas de las verdades espirituales, y por una investigación sobre tipos y figuras en el momento en que es correspondiente.
Los pasajes que apuntan al Redentor venidero reciben trato particular y se comunican con mucho más aspecto. El trato de los libros de Cánticos, Proverbios y Eclesiastés es versículo por versículo, pues no se prestan a condensación, o por el hecho de que la mayor parte de los fieles quiere estudiarlos con mucho más aspecto.
Hemos intentado combatir los contenidos escritos conflictivos y en el momento en que es viable ofrecer explicaciones elecciones. Varios de estos pasajes causan desesperación en los comentaristas, y debemos confesar que en semejantes contenidos escritos todavía "observamos por espéculo, oscuramente".
Pero exactamente la misma Palabra de Dios, alumbrada por el Espíritu Beato de Dios, es más esencial que cualquier comentario sobre ella. Sin ella no hay vida, desarrollo, santidad ni servicio aceptable. Debemos leerla, estudiarla, memorizarla, pensar acerca de ella y más que nada obedecerla. Como alguien bien dijo: "La obediencia es el órgano del conocimiento espiritual".
Todos y cada uno de los libros fueron complementados con introducciones, notas y bibliografías.
Excepto Cánticos, Proverbios y Eclesiastés, la exposición del Viejo Testamento se muestra primordialmente de parágrafo en parágrafo en vez de versículo por versículo. Los comentarios sobre el artículo son aumentados por apps prácticas de las verdades espirituales, y por una investigación sobre tipos y figuras en el momento en que es correspondiente.
Los pasajes que apuntan al Redentor venidero reciben trato particular y se comunican con mucho más aspecto. El trato de los libros de Cánticos, Proverbios y Eclesiastés es versículo por versículo, pues no se prestan a condensación, o por el hecho de que la mayor parte de los fieles quiere estudiarlos con mucho más aspecto.
Hemos intentado combatir los contenidos escritos conflictivos y en el momento en que es viable ofrecer explicaciones elecciones. Varios de estos pasajes causan desesperación en los comentaristas, y debemos confesar que en semejantes contenidos escritos todavía "observamos por espéculo, oscuramente".
Pero exactamente la misma Palabra de Dios, alumbrada por el Espíritu Beato de Dios, es más esencial que cualquier comentario sobre ella. Sin ella no hay vida, desarrollo, santidad ni servicio aceptable. Debemos leerla, estudiarla, memorizarla, pensar acerca de ella y más que nada obedecerla. Como alguien bien dijo: "La obediencia es el órgano del conocimiento espiritual".
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