El cocinero de Indias

Mato Alegre, joven ciervo mulato, cocinero del notario de La capital española Gonzalo Fernández de Oviedo, pertence a los 2 mil embarcados en la Enorme Armada de Castilla del Oro, que partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 11 de junio de 1514, con rumbo a la tierra de promisión del Darién, en donde se afirmaba que las doradas pepitas podían pescarse sin esfuerzo con sencillos redes en los ríos. Sesenta años después, en la localidad de Beato Domingo, siendo un hombre libre y también enormemente rico, el adulto mayor cocinero escribe sus memorias.
En su largo periplo escencial plagado de vivencias y aventuras a uno y otro lado de la mar Océano, la mayoria de las veces en compañía de su señor don Gonzalo, Mateo ha popular a conquistadores como Vasco Núñez de Balboa, Diego de Almagro, Francisco Pizarro o Francisco de Orellana, ha trabado amistad con Paquiaco, hijo del cacique Comogre, la princesa Anayansi, el líder taíno Enriquillo, el historiador Bernal Díaz del Castillo, fray Gaspar de Carvajal, la hermana Andrea del convento concepcionista de Puebla, el brujo peruano Antay, el alcalde de Lima don Diego de Ribera, y otros varios personajes principales de las décadas de la colonización de españa de América que engloban desde los últimos años de Fernando, el Rey Católico, a las postrimerías del reinado de Felipe II. En todo instante, su talento y sus talentos como cocinero le han ayudado a vencer las adversidades, y de esta forma pudo prolongar por el Nuevo Planeta el noble Arte de Cocina.