Ciudad de zombis

En una sociedad distópica, la hija del periodista Daniel Medina es raptada por El Señor de los Zombis, un pederasta. Medina procurará a su hija, al unísono que procurará vengarse de quienes mataron a sus progenitores.

De Homero Aridjis, el creador de Los perros del fin de todo el mundo.

Los finados antes volvían con apariencia de mariposas. En este momento vuelven transformados en zombis. Pero no son cadáveres insepultos, sino más bien otra cosa, si es viable decirlo, mucho más siniestra...

A la enorme tradición de narraciones distópicas como 1984, Un planeta feliz, Fahrenheit 451 y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? se aúna Localidad de zombis, donde nada es como ha de ser, y donde el orden popular preciso es sustituido por una situación soliviantada por el delito ordenado y por las instituciones depravadas por valores trastrocados.

En esa sociedad indeseable cohabitan 2 géneros de zombis: los vivos fallecidos (criminales, drogodependientes, putas, policías ferales y militares sicópatas) y los fallecidos vivientes, los cadáveres redivivos que como una plaga medieval asuelan Misteca.

El Señor de los Zombis, un pederasta desenfrenado, impone su reino de crueldad, corrupción y terror a los pobladores de Misteca. Su búnker, protegido por sicarios y policías ferales, es asimismo un harem de pequeñas raptadas por Malinche Negra y El Matagatos. En este ámbito, tanto de hoy como futurista que semeja de Fin de Planeta, el periodista Daniel Medina anda en pos de su hija menor, raptada por redes de la trata, mientras que procura vengarse de los asesinos de sus progenitores...