Los cien últimos días de Berlín (Biblioteca de Historia nº 26)

En el mes de julio de 1945, solamente un par de meses tras la caída de Berlín, se publicó un libro inusual, pero que pasó prácticamente inadvertido en el alud informativo actualmente. Su creador no era escritor profesional ni historiador ni periodista (en verdad, no volvería a difundir solamente), sino más bien un joven español que se había traslado a Alemania en 1943 para estudiar ingeniería de caminos.
El tiempo, y los una cantidad enorme de proyectos publicadas sobre la Segunda Guerra Mundial, no le han restado valor a su testimonio, escrito en un estilo directo, sin énfasis retórico alguno, sin compromisos ideológicos. Los hechos que pensábamos que nos habían sido contados desde todos y cada uno de los puntos de vista se nos presentan en este momento con una visión nueva.
Para saber de qué manera vivió Alemania los años finales del nazismo, esta emocionante crónica, donde sobran los "pequeños datos precisos" que le agradaban a Stendhal, vale mucho más que varios gruesos tomos de la historia oficial.
Los cien últimos días de Berlín, el conmovedor testimonio de un hombre común sobre unos hechos que modificaron el planeta, se lee el día de hoy como un caso de muestra del mejor periodismo, esa novela sin ficción.