Chica gay, Dios bueno

En Chavala gay, Dios bueno, la autora Jackie Hill Perry comparte su historia, ofertando herramientas prácticas que le asistieron en el desarrollo para localizar su integridad. Jackie medró sin una imagen paterna y eso le ocasionó confusión con su género. Abrazó la masculinidad y la homosexualidad con cada fibra de su ser. Sabía que los cristianos tendrían bastante que decir sobre esto. Pero, ¿se suponía que debía cambiar? ¿De qué manera se piensa que debía parar de querer a las mujeres, en el momento en que la homosexualidad se sentía mucho más natural que la heterosexualidad? A los 19, Jackie se puso frente a frente con lo que significa ser renovada y no en una iglesia o en contacto con cristianos. Dios entró en su corazón y lo guió hacia Él, en su cuarto a la luz de Su evangelio. Lee para entender, lee para tener promesa o lee para, como Jackie, ser nuevo.

In Gay Girl, Good God, author Jackie Hill Perry shares her own story, offering practical tools that helped her in the process of finding wholeness. Jackie grew up fatherless and experienced gender confusion. She embraced masculinity and homosexuality with every fiber of her being. She knew that Christians had a lot to say about all of the above. But was she supposed to change herself? How was she supposed to stop loving women, when homosexuality felt more natural to her than heterosexuality ever could? At age nineteen, Jackie came face-to-face with what it meant to be made new. And not in a church, or through contact with Christians. God broke in and turned her heart toward Him right in her own bedroom in light of His gospel. Read in order to understand. Read in order to hope. Or read in order, like Jackie, to be made new.