CHAT

Su padre internó a Edmund por el hecho de que deseaba librarse de él y poder correrse las fiestas con sus jóvenes amantes y realizar el mucho más daño viable a su exmujer. Su madre procuró quedarse con la custodia, pero su padre, un acaudalado constructor, se lo impidió. Edmund jamás se lo disculpó. En el internado aprendió en carne propia que la vida puede ser durísima, tanto que te tienen la posibilidad de transformar en un monstruo. Allí cometió su primer asesinato, quizás en defensa propia, pero los próximos fueron distintas y por el momento no ha podido parar. Él sabía por qué razón mataba, pero eso no tenía la menor relevancia para él. Lo único que deseaba era proseguir asesinando, pues sentía un exitación inenarrable en el momento en que lo hacía y no pararía hasta el momento en que lo detuviesen. Los chats de Internet eran su campo de caza, una selva donde él se sentía el rey y donde había cientos de presas indefensas a las que agredir. No había absolutamente nadie que pudiese pararle los pies. Mientras que, el teniente Conrado y el inspector Fabelo estaban frente a la investigación criminal más esencial de sus carreras expertos. Se encaraban al asesino en serie mucho más arriesgado de las últimas décadas. Un criminal frío, capaz y sin escrúpulos que no tenía la duda un instante en matar para hallar sus macabros objetivos. La críticas de los que leen:«Una enorme imaginación, unos inusuales entendimientos informáticos y un psicópata perverso son los elementos de CHAT, la novedosa novela de Moisés Morán. Nuestro insigne Galdós no se mostraba partidario de encasillar el Arte en clasificaciones de géneros y formas, y no voy a ser yo quien prosiga la corriente de la tendencia de hoy para clasificar esta obra de Moisés, en el género negro, policiaco o de intriga. Pero sí afirmaré que Chat me ha semejado una increíble novela. Realmente bien estructurada, con una peculiaridad excepcional y digna de mención: el creador establece, desde el comienzo, una confidencialidad con el lector y le deja comprender quién es el culpable de esos horribles crímenes en serie, trasladando la intriga y emoción del lector a las gigantes adversidades que hallan los agentes de élite de Policía y Guarda Civil para solucionar la situacion».Bruno Rodríguez«De esta novela resaltaría el lenguaje simple y entretenido con el que está redactada, tal como la impecable descripción del perfil de todos sus individuos.Si bien desde las primeras líneas nos destapa quién es el asesino, el creador sabe realmente bien de qué manera sostenernos intrigados con su hábil avance que nos engancha, para entonces conducirnos a un final inesperado, mucho más si cabe, realizando a la novela aún mucho más atrayente».Irmina Díaz-Frois Martín«En el momento en que terminé de leer el boceto de Chat la primera iniciativa que pasó por mi cabeza fue: acabo de leer 2 novelas en una. Y ciertamente, desde 2 visiones diferentes, la del asesino, Edmund y la del comisario Conrado, nuestro escritor nos va desgranando capitulo a capitulo el de qué forma, el cuándo, el dónde y el porqué de una historia de ficción que de manera perfecta podría tener carices de situación. Se adivina la cuidadosa preparación del complejo entramado informático y en una secuencia especial de individuos y hechos nos transportamos mediante la historia, contada en un lenguaje ágil y rápido hasta un final que resulta completamente inesperado. Pero es exactamente en este final en el que descubrimos la auténtica situación de Edmund y el que naturalmente nos deja con ganas de continuar leyendo. Una ópera prima 100 por ciento aconsejable».Soraya Santana