Capitalismo-Leninismo: La convergencia del nuevo orden con el socialismo cubano

Con este libro, Capitalismo-leninismo. La confluencia del nuevo orden con el socialismo cubano ,Alexis Somoza quiere explicarnos de qué forma la raza humana fué obligada a vivir una transición histórica para la que no se encontraba lista. El poder financiero que controla el planeta, en su falso papel de Dios, ha pretendido apresurar el rumbo de la historia, y para esto creó un sinnúmero de mal intencionadas crisis para precipitar el colapso del sistema capitalista, para apresurar las crisis políticas y poder cambiar justificadamente el curso de la historia a favor suyo como lo hicieron ya hace mas de 2 siglos. Las “falsas banderas” construídas para exagerar los desequilibrios estructurales que son propios de las contradicciones internas del capitalismo lo convirtieron a fácil vista en un sistema distanciado del confort popular, mucho más tóxico, mucho más dispar y, por lo tanto, lo han acercado al socialismo. Por su parte, la prolongada disfuncionalidad del socialismo y la aceleración de sus contradicciones lo han forzado a la confluencia ineludible con el capitalismo. Continuar interpretando el planeta con la vieja forma de pensar de la guerra fría, nos ordena a proseguir suponiendo de forma errada que todavía hay un planeta bipolar y que el capitalismo y el socialismo prosiguen siendo sistemas irreconciliables. Esta melancolia nos impide comprender que la confluencia entre los 2 sistemas ahora fue puesta en marcha y es una situación palpable. Aferrarse a esas viejas trincheras es aferrarse a un enfoque caduco que no refleja con certeza los últimos acontecmientos ideológicos, políticos, económicos, tecnológicos y filosóficos que están cooperando en la aceleración de la confluencia entre los dos sistemas. En el momento en que las coincidencias se multiplican interminablemente y se transforman en muchas coincidencias, nos encontramos como es natural en frente de una enorme verdad y no en frente de sencillos coincidencias. Tras una vasta sumatoria de estas me atrevo a garantizar que, tras un siglo de antagonismos, los dos sistemas en teoría irreconciliables llegaron a la conclusión de que están indisolublemente unidos entre sí y forman juntos un desarrollo contradictorio único de exclusión y atracción. Han comenzado a solicitarse prestado y han comprendido que uno existe pues existe el otro.