Cañas y barro

Redactada en 1902, "Cañitas y barro" es indudablemente entre las novelas donde el vigor expresivo de Vicente Blasco Ibáñez consigue una de sus cotas mucho más altas. 
En "Cañitas y barro", Vicente Blasco Ibáñez detalla la Albufera valenciana: las prácticas, el modo perfecto de vida de los pescadores y de los labradores del arroz, las fiestas con que la multitud humilde de la laguna se extendía o la organización con perfección democrática de la pesca a través de los redolís.
"Cañitas y barro" es, por consiguiente, un atrayente archivo que recopila y también inmortaliza ciertos métodos de vida extintos, pero asimismo otros que perduran desde la Edad Media, como el sorteo de los redolíns. En sus páginas hace aparición la vida salvaje y dura de los pescadores, alimentados a partir de carne de anguila y frecuentemente enfermos de paludismo. Y el retardado rellenado de la laguna por la parte de los campesinos, que transformaban en tierra de arroz el pantano cerrando con diques pequeñas parcelas de agua que después cegaban con tierra.

La vida diversa de la Albufera se ejemplariza en la familia de los Palomas. El ahínco incesante y titánico del tío Paloma y de su hijo, el tío Tono, para arrancar la riqueza a las aguas salvajes a través de la pesca y el cultivo del arroz se ve arruinado por el accionar poco responsable de Tonet, el último descendiente del clan, quien, guapo, presumido y abúlico, termina viéndose arrastrado en una espiral de desesperación y crueldad que va a dar al garete con la situación tan trabajosamente ganada por sus mayores.