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El chileno Gabriel Aiquel llega al papel tras un par de años y medio en la página web con una iniciativa que va del humor mucho más negro al mucho más inocente de los rechistes. De esta manera es “Calcetín con papa”, un libro que exhibe el humor que no en todos los casos observamos.
Una gallina y un gallo, con anteojos negros de luto, están parado a la vera de una bandeja industrial con huevos, mientras que 2 candelas alumbran. Un soldado de roma se disculpa por su primera crucifixión, mientras que de la cruz un hombre cuelga chueco. Una mamá-monstruo le afirma al hijo-monstruo, que está bajo una cama, que no tenga temor, que no hay ningún niño encima.
Con una iniciativa que va del humor mucho más negro al mucho más inocente, Aiquel se ríe del lado menos visible de la verdad, de las “pifias” diarias: exhibe la papa en nuestro calcetín y apunta sus dardos a eso que no le agrada. Visión que complementa en el prólogo del libro el señalado humorista gráfico Hervi, quien afirma que “Gabriel se pasea en estas páginas por variadísimos temas, desde lo diario hasta lo histórico, pasando por referencias letradas sobre la psicología y la historia del arte”, y lo felicita por “su ópera prima, que nos hizo reír y meditar a mandíbula batiente”.
“Comentan que Elvis le disparó una vez al TV”, dice Gabriel Aiquel. “Precisamente, las armas me dan temor, y no tengo presupuesto para echarme un TV toda vez que alguien hace o afirma alguna tontera o me acercamiento con una situación injusta o aberrante, conque opté por concentrar mi artillería en Internet. No sé si voy a hacer de todo el mundo un espacio mejor, pero al menos me sirve de terapia. Hacer 2 rechistes semanalmente, dibujar a mano las viñetas, pintarlas a la acuarela y entintarlas, escanearlas y después subirlas a la red es un trabajo que necesita inspiración, toneladas de especialidad y hasta cariño, si me apuran. ‘Calcetín con Papa’ tiene de todo un poco eso. Y, claro, hasta podría ser útil para adquirirme una tele novedosa”, afirma.
Una gallina y un gallo, con anteojos negros de luto, están parado a la vera de una bandeja industrial con huevos, mientras que 2 candelas alumbran. Un soldado de roma se disculpa por su primera crucifixión, mientras que de la cruz un hombre cuelga chueco. Una mamá-monstruo le afirma al hijo-monstruo, que está bajo una cama, que no tenga temor, que no hay ningún niño encima.
Con una iniciativa que va del humor mucho más negro al mucho más inocente, Aiquel se ríe del lado menos visible de la verdad, de las “pifias” diarias: exhibe la papa en nuestro calcetín y apunta sus dardos a eso que no le agrada. Visión que complementa en el prólogo del libro el señalado humorista gráfico Hervi, quien afirma que “Gabriel se pasea en estas páginas por variadísimos temas, desde lo diario hasta lo histórico, pasando por referencias letradas sobre la psicología y la historia del arte”, y lo felicita por “su ópera prima, que nos hizo reír y meditar a mandíbula batiente”.
“Comentan que Elvis le disparó una vez al TV”, dice Gabriel Aiquel. “Precisamente, las armas me dan temor, y no tengo presupuesto para echarme un TV toda vez que alguien hace o afirma alguna tontera o me acercamiento con una situación injusta o aberrante, conque opté por concentrar mi artillería en Internet. No sé si voy a hacer de todo el mundo un espacio mejor, pero al menos me sirve de terapia. Hacer 2 rechistes semanalmente, dibujar a mano las viñetas, pintarlas a la acuarela y entintarlas, escanearlas y después subirlas a la red es un trabajo que necesita inspiración, toneladas de especialidad y hasta cariño, si me apuran. ‘Calcetín con Papa’ tiene de todo un poco eso. Y, claro, hasta podría ser útil para adquirirme una tele novedosa”, afirma.
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