Cada vez que sus besos dibujaban un te quiero (Erótica)

Livy Sutton tiene veintiséis años y termina de casarse con el señor Fisher tras tan solo 40 y un par de días de relación, pero esas seis semanas fueron las mucho más profundas de sus vidas.

Benedict Fisher es bien difícil, insolente, mandón, posesivo y siempre y en todo momento ha conocido lo que desea, pero está desquiciado por la desafiante y también insolente Livy, una mujer de armas tomar. Empresario de éxito, jamás ha fracasado en nada, salvo en un aspecto de su historia, y no piensa dejar que eso vuelva a ocurrir.

Tras una luna de miel increíble en Capri vuelven a casa. Allí las cosas no van a ser fáciles para Livy, quien va a deber probar que se ganó su nuevo puesto en Fisher Media por méritos propios, lidiar tanto con su familia como con la de Benedict, en tanto que las dos se oponen tajantemente a su relación. Y por si acaso todo lo mencionado fuera poco, Benedict prosigue poniéndoselo exquisitamente bien difícil, pero da igual pues en este momento es la señora Fisher y no es ninguna pequeña asustadiza.

¿Qué puedes llevar a cabo en el momento en que todo a tu alrededor se dificulta y tienes que probar todo el tiempo lo que vales? ¿Qué sucede si el hombre de tu vida ahora vivió el cariño, ahora lo perdió, ahora fracasó? ¿Qué sucede si sus primeras ocasiones se los conoce como Blair? ¿Qué ocurre si Blair vuelve?

El sexo como moneda de cambio, el cariño como contestación a todo. El estimar incondicionalmente, sin medida, el sentir que la otra persona edifica tu planeta con sus manos. Pasión, sensualidad, la localidad de tus sueños, la vida de tus sueños..., él

¿Deseas entender a la señora Fisher?

Ven a Seattle, revela su crónica y enamórate.