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«Receta» oficial de Nathan Benson:
2 tazas de soberbia
1 boca que es considerablemente más hot en el momento en que está clausurada
1 ego tan enorme que no cabe en la batidora
1 colosal y maciza po… Bueno, puedes hacerte un concepto…
Como chef de repostería, puedo mencionar con precisión de qué está hecho un hombre en relación entra por las puertas de cristal opaco de mi local.
Conque en relación Nathan Benson apareció mucho más de media hora tarde a nuestra cita a ciegas —sin ofrecer explicación alguna—, atrajo las miradas de todas y cada una de las mujeres que había en el lugar de comidas con su sonrisa irreprimible y tras unos minutos ha dicho: «Creo, en lo personal, que no debemos perder mucho más el tiempo comentando aquí sentados», supe que era en sí entre las «recetas» de hombre mucho más groseras que se hubiesen desarrollado jamás. Y asimismo que ni de broma iba a regresar a verlo jamás mucho más.
O eso pensaba.
Días tras haberlo plantado en esa primera cita, prosiguió intentando de persuadirme de la forma mucho más desatinada de que le diese una segunda ocasión. Y una tercera, y una cuarta… Juro que si no podría haber sido por visto que quien me chantajeaba era el hombre mucho más hot de todo el mundo, lo habría denunciado a la policía bastante hace un tiempo.
Si bien, por otra parte, soportar bastantes besos a medianoche —o quizá algo mucho más— de su impecable boca es posible que no sea, tras todo, una receta totalmente catastrófica…
2 tazas de soberbia
1 boca que es considerablemente más hot en el momento en que está clausurada
1 ego tan enorme que no cabe en la batidora
1 colosal y maciza po… Bueno, puedes hacerte un concepto…
Como chef de repostería, puedo mencionar con precisión de qué está hecho un hombre en relación entra por las puertas de cristal opaco de mi local.
Conque en relación Nathan Benson apareció mucho más de media hora tarde a nuestra cita a ciegas —sin ofrecer explicación alguna—, atrajo las miradas de todas y cada una de las mujeres que había en el lugar de comidas con su sonrisa irreprimible y tras unos minutos ha dicho: «Creo, en lo personal, que no debemos perder mucho más el tiempo comentando aquí sentados», supe que era en sí entre las «recetas» de hombre mucho más groseras que se hubiesen desarrollado jamás. Y asimismo que ni de broma iba a regresar a verlo jamás mucho más.
O eso pensaba.
Días tras haberlo plantado en esa primera cita, prosiguió intentando de persuadirme de la forma mucho más desatinada de que le diese una segunda ocasión. Y una tercera, y una cuarta… Juro que si no podría haber sido por visto que quien me chantajeaba era el hombre mucho más hot de todo el mundo, lo habría denunciado a la policía bastante hace un tiempo.
Si bien, por otra parte, soportar bastantes besos a medianoche —o quizá algo mucho más— de su impecable boca es posible que no sea, tras todo, una receta totalmente catastrófica…
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