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Crónicas publicadas en el períodico Levante.
Las columnas de Barraca y Tangana (publicadas en el períodico Levante) se convirtieron en una contraseña de culto entre los ojeadores mucho más rigurosos. Ballester redacta, supuestamente, de fútbol. Pero no te fíes: usa el regate de la ironía para distraer al lector. De hecho, redacta sobre lo que enserio importa.
Revela un libro que charla de fútbol. O cualquie otra cosa...
EXTRACTO DE La memoria
Ramón lo pasaba bien. Festejando un cumpleaños, una victoria o lo que aquello verdaderamente fuera, lo pasaba bien. Quizá no tan bien como aquel amigo de el que había dejado de ver hacía un largo tiempo, pero lo pasaba bien. Caían los vasos, subían las risas y ese género de inocuas secuelas etílicas. Fueron pasando las horas y fueron cerrando los bares. Ramón salió entonces con los suyos a la plaza primordial del pueblo, a tomar aire limpio. Alguien decidió orinar al lado de una zanja y el resto se contagió de las ganas. Es bien difícil sobrepasar la tentación, es bien difícil evitar el exitación de una micción de ese estilo. Tras unos segundos, Ramón apreció que algo se movía en la obscuridad, allí abajo. Escuchó primero un suave quejido, un sonido infrahumano, que fue medrando entonces hasta los insultos y las citadas de madre. Aquello que se movía a sus pies era aquel amigo de el que había dejado de ver hacía un largo tiempo. Se había quedado dormido. Le habían meado encima.
Envidio la memoria de Ramón, que recuerda de estas aventuras nocturnas, que llama la atención además de esto especificando qué partido se jugó aquella noche, quién lo ganó, quién marcó y de qué manera, y cuántas tarjetas sacó el árbitro. Ramón es matemático y eso igual tiene algo que ver, no lo sé, pero es un género de amigo en extinción. No solo por el hecho de que matamos neuronas sobre nuestras opciones, asimismo por el hecho de que al fútbol llegó don Google plus para cargárselo todo.
SOBRE EL AUTOR
A Enrique Ballester (Castellón, 1983) le solicitaron unas líneas autobiográficas y, husmeando en las del resto de Hooligans Ilustrados, se percató de que era el mucho más joven de todos. Se conmovió tanto que se desveló y cogió insomnio. Es feliz con poco: vive de lo que le abonan por redactar de fútbol y de música. Se le puede leer en Levante-EMV y Diarios de Fútbol.
Las columnas de Barraca y Tangana (publicadas en el períodico Levante) se convirtieron en una contraseña de culto entre los ojeadores mucho más rigurosos. Ballester redacta, supuestamente, de fútbol. Pero no te fíes: usa el regate de la ironía para distraer al lector. De hecho, redacta sobre lo que enserio importa.
Revela un libro que charla de fútbol. O cualquie otra cosa...
EXTRACTO DE La memoria
Ramón lo pasaba bien. Festejando un cumpleaños, una victoria o lo que aquello verdaderamente fuera, lo pasaba bien. Quizá no tan bien como aquel amigo de el que había dejado de ver hacía un largo tiempo, pero lo pasaba bien. Caían los vasos, subían las risas y ese género de inocuas secuelas etílicas. Fueron pasando las horas y fueron cerrando los bares. Ramón salió entonces con los suyos a la plaza primordial del pueblo, a tomar aire limpio. Alguien decidió orinar al lado de una zanja y el resto se contagió de las ganas. Es bien difícil sobrepasar la tentación, es bien difícil evitar el exitación de una micción de ese estilo. Tras unos segundos, Ramón apreció que algo se movía en la obscuridad, allí abajo. Escuchó primero un suave quejido, un sonido infrahumano, que fue medrando entonces hasta los insultos y las citadas de madre. Aquello que se movía a sus pies era aquel amigo de el que había dejado de ver hacía un largo tiempo. Se había quedado dormido. Le habían meado encima.
Envidio la memoria de Ramón, que recuerda de estas aventuras nocturnas, que llama la atención además de esto especificando qué partido se jugó aquella noche, quién lo ganó, quién marcó y de qué manera, y cuántas tarjetas sacó el árbitro. Ramón es matemático y eso igual tiene algo que ver, no lo sé, pero es un género de amigo en extinción. No solo por el hecho de que matamos neuronas sobre nuestras opciones, asimismo por el hecho de que al fútbol llegó don Google plus para cargárselo todo.
SOBRE EL AUTOR
A Enrique Ballester (Castellón, 1983) le solicitaron unas líneas autobiográficas y, husmeando en las del resto de Hooligans Ilustrados, se percató de que era el mucho más joven de todos. Se conmovió tanto que se desveló y cogió insomnio. Es feliz con poco: vive de lo que le abonan por redactar de fútbol y de música. Se le puede leer en Levante-EMV y Diarios de Fútbol.
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