80 años no son nada. Adonde me lleve el viento

80 años no son nada. O prácticamente nada. Solamente las historias de un alma viajante que, ahora habiendo andado en este planeta mucho más de ochenta años, se lanzó, con su casa móvil inteligente por todo equipaje, a recorrer los caminos de América Latina para recargar su bagaje sensible. De esta forma dejó atrás casa y cariños, temores y sugerencias, repartiendo su ganas de vivir y recogiendo en su caminar las historias encontradas donde la llevó el viento.Son solamente historias espontáneas de las ocurrencias del día a día de un viaje sin planificación, donde no cuentan los km, ni los recorridos lógicos, ni los sitios sugeridos. Únicamente ella al volante de su motorhome, sus acompañantes y la multitud que halla en el sendero. De eso se habla esta crónica donde, asimismo sin organización, como es su historia, cuenta lo que le va ocurriendo por el sendero, con la lozanía que sabe sacar a sus mucho más de 80 años, su alegría de vivir, su valor y su espontaneidad. Insiste, en todo instante en dejarnos su mensaje de vivir la vida con alegría, cumpliendo sueños y proyectos, siendo consciente de que es un tiempo finito y qué es válido explotar hasta el último minuto activamente. En sus muchas exposiciones y publicaciones nos comunica y nos revela que verdaderamente 80 años no son nada. La vida se le muestra como un ovillo que se marcha desenvolviendo y cuyo hilo conductor la transporta por un laberinto en el que la salida es siempre y en todo momento un acercamiento fortuito, prácticamente mágico.