Memorias I (Historia nº 279)

En las Memorias de Rafael de Nogales Méndez, cuenta las aventuras que vivió en varios países, describiendo con deleite a sus amigos, relaciones, ocupaciones y prácticas. Pero lo mucho más conmovedor del artículo, desde un criterio literario, es el posicionamiento de su voz narrativa. Al comienzo de sus Memorias hace una distinción entre el aventurero y el caballero andante.
 
El primero es "un iletrado pedante, o socialmente un caballero ocioso, fuera de combate, que no tiene una carrera particularmente y que siempre y en todo momento busca con ingenio el modo perfecto de conseguir dinero, lo que para él es indispensable y digno de cualquier culto, aun en el momento en que fuera asesinato, deshonor".
En cambio, el caballero es: "…un caballero de nacimiento. Para toda facultativa o desinteresada acción osado tiene un ademán muy elegante."
Y como Quijote andante, comienza a narrarnos su aventuras…