Espiritualidad y vida cotidiana: Práctica de Antonio Blay desde lo superior

Este libro contempla la espiritualidad como una opción alternativa para conocer el sentido de la presencia y también implicarnos en la optimización de la verdad política y popular.

Se muestra con vocación de sobrepasar la inclinación a estimar la espiritualidad como una cuestión de opiniones subjetivas o como una terapia sicológica que jura un avance equilibrado de la persona. Nosotros planteamos que la aptitud de accionar de manera consciente y facultativa propia del humano sea no solo el argumentos de su dignidad sino más bien asimismo el punto de referencia clave para crear una sociedad que la respete y la fomente.
Este libro destaca que el sujeto nace en el seno de un ambiente cultural, popular y familiar que establece la visión de todo el mundo que emplea, las relaciones que establece y el paseo existencial que se expone, tanto personal como popular. Conque la espiritualidad debe ir alén de lo personal por el hecho de que lo personal es, en último término, un resultado de lo popular. 

Las opiniones personales son el resultado de la información cultural, ética y práctica que recibimos. Tenemos la posibilidad de estar a favor o en oposición a semejantes pautas pero rechazarlas no forma una opción alternativa. La opción alternativa real pasa por implicarnos en el colectivo, en la sociedad y en esta cultura que nos ha educado, fomentando métodos mucho más conscientes y solidarios de organizarlo. Es de esta forma como tenemos la posibilidad de desarrollar la conciencia: actuando en todos y cada uno de los planos que constituyen nuestra cabeza y nuestra alma. 

Esta vida, tan limitada en el momento en que la percibimos desde el ego, se abre inmediatamente en el momento en que amanecíamos a este tipo de conciencia, y consigue una dimensión inesperada en el momento en que la contemplamos desde el espíritu. 
El espíritu es nuestra situación superior