El juego de la vida

¿Son realmente la verdad y lo virtual 2 mundos diferentes?

¿Somos enserio entidades que tengamos la posibilidad estimar reales?

Adrián nunca se había planteado estas cuestiones con tanta responsabilidad -un prodigio de la computación no debería llevarlo a cabo- pero no ha podido huír de ellas por siempre y en todo momento.

Tras un inesperado hecho, logró hacerse de un aparato con el que logró hacer un programa, con ese programa hacer un planeta y con ese planeta replantearse su sitio en el de el.

Halló un espacio donde la verdad y lo virtual confluían y ese sitio fue un sueño inesperado, un sueño que cobró vida.

Comenzó siendo un juego, pero en ellos hay una ineludible dicotomía: ganar o perder.

¿Hasta dónde estaría presto a llegar para no perderlo?