Con tu escudo o sobre él.

“…Si me lo dejan, voy a contarles un cuento que, como ahora les dije, tiene amor y amistad, camaradería, sacrificio y honor y está asimismo la mejor guerra de siempre…”De esta forma empieza Marón el interesante relato épico de sus ancestros. Son las noches anteriores a la histórica guerra de las Termópilas. En la rueda de cuentos que se dicen al calor de la lumbre, el robusto soldado espartano toma la palabra para contar una historia que sucediera en Thyrea, al sur de Argos, unos sesenta años atrás.Mientras que va trasegando el odre de vino, recita una historia prácticamente olvidada, en tanto que fueron pocos los que han quedado vivos para transmitirla.Con el lenguaje directo y robusto de un guerrero, relata la vida del hoplita Otríades, desde la desaparición de su padre Lykaios, el Lobo, en la guerra de Tegea hasta el despiadado acercamiento de Esparta contra Argos en el valle de Thyrea. El relato despliega el desarrollo de un Otríades joven que va convirtiéndose en hombre, acrisolado su espíritu por el rigor de la civilización y el ejército espartano.Es asimismo la narración de la amistad de 4 hombres que confían de forma ciega en aquel que marcha a su izquierda.Asimismo nos hace presentes de los Juegos Olímpicos, donde los más destacados de cada pueblo se juegan por sus banderas hasta la sangre.Charla del amor y la pasión que una mujer puede despertar en las supones y el corazón del soldado mucho más aguerrido.Y nos comenta del enfrentamiento de adentro de Otríades, debatiéndose entre su querida Esparta, el honor y la guerra por una parte y el infinito amor por su mujer y sus hijos, por el otro.Es una historia sesgada por todas y cada una de las pasiones humanas, crueldad y sexo, amistad y muerte, intrigas políticas y corrupción, el valor de las mujeres y la sabiduría de los jubilados.Un relato sobre hombres que prácticamente fueron dioses, con sus rojas capas espartanas desplegándose en el horizonte de la historia griega.