Descarga tu Libro en Diversos Formatos:
Éste Libro se Encuentra GRATIS en Amazon.
Un viejo estereotipo, recreado por lo menos desde el siglo XV, tacha a los andaluces de mentirosos, falsos, engañadores, embaucadores, en frente de la amabilidad, integridad, honestidad y sinceridad de los castellanos. Es un tópico que llegó hasta esta época, singularmente cerca de algunos oficios, tipos populares y ciudades, y patente en un sinfín de refranes, como “hombre de bien y cordobés, no puede ser” o “al andaluz hazle la cruz, y al hispalense con ámbas manos”, estos antagónicos a expresiones como la de “leal como español”. La patraña en frente de la realidad, el engaño en frente de la sinceridad, el caos en oposición al orden, y otros pares morales semejantes, han contribuido a hacer estereotipos antagónicos, frecuentes en la vida popular, con los que se ha etiquetado a las gentes del norte y el sur de España, y muy especialmente al español y al andaluz.
Con todo, examinando la documentación histórica y literaria sobre Andalucía entre los siglos XV y XVII, están tantas apologías como críticas. Tan recurrente es la ensaltación de una Andalucía próspera y fértil, de ciudades enormes y viejas, pobladas por ingenios preclaros y mujeres bellas, como el denuesto de una tierra de zorrillos, indigentes, caballeritos ociosos, putas, herejes, castellanos nuevos que viven ajeno de la ley y las buenas prácticas. El estudio desde la historia cultural revela que la imagen del andaluz, si bien anclada en sitios recurrentes y tópicos, es mucho más complicada de lo que pudiese pensarse. Nos asiste a pensar tanto sobre los primordiales anclajes del estereotipo andaluz como sobre las contradicciones que dañaron a la construcción histórica de lo provincial, lo regional y lo nacional en España.
¿Exactamente en qué contexto histórico aparece el estereotipo del andaluz engañador? ¿A qué situaciones históricas, geográficas, religiosas, étnicas, raciales y laborales se asocia? ¿En frente de qué otros modelos y letras y números nacionales se contrastó el andaluz? ¿Qué oficios y ciudades fueron prototípicas del pícaro andaluz? ¿Exactamente en qué contenidos escritos cristalizó ese estereotipo? ¿Quiénes fueron —andaluces y no andaluces— los que extendieron la imagen del sureño que no es de confiar? ¿Qué ambivalencia existe en la astucia del andaluz? ¿De qué manera se asocia, al unísono, a la patraña, el vicio y la inmoralidad, pero asimismo al talento, el intelecto, el donaire, el humor, la seducción? Al fin y al cabo, ¿de qué manera y por medio de qué alegatos y prácticas se gesta la imagen bivalente del andaluz, etiquetado como un osado embaucador?
Con todo, examinando la documentación histórica y literaria sobre Andalucía entre los siglos XV y XVII, están tantas apologías como críticas. Tan recurrente es la ensaltación de una Andalucía próspera y fértil, de ciudades enormes y viejas, pobladas por ingenios preclaros y mujeres bellas, como el denuesto de una tierra de zorrillos, indigentes, caballeritos ociosos, putas, herejes, castellanos nuevos que viven ajeno de la ley y las buenas prácticas. El estudio desde la historia cultural revela que la imagen del andaluz, si bien anclada en sitios recurrentes y tópicos, es mucho más complicada de lo que pudiese pensarse. Nos asiste a pensar tanto sobre los primordiales anclajes del estereotipo andaluz como sobre las contradicciones que dañaron a la construcción histórica de lo provincial, lo regional y lo nacional en España.
¿Exactamente en qué contexto histórico aparece el estereotipo del andaluz engañador? ¿A qué situaciones históricas, geográficas, religiosas, étnicas, raciales y laborales se asocia? ¿En frente de qué otros modelos y letras y números nacionales se contrastó el andaluz? ¿Qué oficios y ciudades fueron prototípicas del pícaro andaluz? ¿Exactamente en qué contenidos escritos cristalizó ese estereotipo? ¿Quiénes fueron —andaluces y no andaluces— los que extendieron la imagen del sureño que no es de confiar? ¿Qué ambivalencia existe en la astucia del andaluz? ¿De qué manera se asocia, al unísono, a la patraña, el vicio y la inmoralidad, pero asimismo al talento, el intelecto, el donaire, el humor, la seducción? Al fin y al cabo, ¿de qué manera y por medio de qué alegatos y prácticas se gesta la imagen bivalente del andaluz, etiquetado como un osado embaucador?
Descarga tu Libro en Diversos Formatos:
Éste Libro se Encuentra GRATIS en Amazon.