Hombres felices (Voces / Literatura nº 224)

Alguien llega a su casa. Un hombre, una mujer. Pone la televisión, o música. Lee. Quizá llame a otro es decir otro quien lleve a cabo la llamada, quizá conteste a un mensaje o a un correo. Y, entonces, el planeta "la vida" empieza a derrumbarse, o a la inversa, comienza a atisbarse la lógica "en ocasiones injusta" de su desempeño.
Una foto o un cuadro, un padre que juega con su hijo y que "irremisiblemente" se transforma en otro, las familias, los compañeros, los amantes. 2 amigos, por poner un ejemplo, discuten sobre el orden y el caos de una cocina y, como en estos cuentos, de una honestidad despiadado, todo se transforma en una lúcida visión de lo que es la vida "el planeta", de lo que somos, contentos o no, todos nosotros.
Leal a una voz incomparable, personalísima y con la capacidad de zarandear al lector entre la alegría y la desolación, Felipe R. Navarro logró "sinceramente, con rigor, pero asimismo con no poca ironía y humor" que los cuentos de estos Hombres contentos sean por el momento no solo el reflejo de una búsqueda y un estudio permanentes, sino más bien la confirmación de un escritor con pasión y interesante como pocos.

"En el momento en que parecía irrealizable hacer algo nuevo en el cuento, Navarro reinventa un modelo personalísimo de fabulación. La escritura: lúdica y afilada. Y los temas, impredecibles, por las realidades que convocan y por las frecuentemente humillantes cuestiones humanas que ventilan".
J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia

"Son tan peligrosos sus planteamientos, tan audaces sus métodos edificantes, tan irreverente su careo con las convenciones de la escritura, y tan ocurrente su apuesta por perspectivas inauditas…, que la conclusión no se hace aguardar: Navarro es uno de esos casos de extremista singularidad autora".
Pilar Castro, El Cultural

"Un caso de muestra contundente de que lo artísticamente definitivo no es lo que se cuenta, sino más bien el modo perfecto de contarlo".
Ricardo Senabre, El Planeta

"Una narrativa excitante que no se somete a ninguna convención