La metafísica del ping-pong: Un viaje filosófico, a través del tenis de mesa, para descubrirse a uno mismo. (SAKURA)

«Un óptimo viajero es aquel que no sabe adónde va, y un viajero especial es aquel que no sabe de dónde viene.» Este aforismo es el resumen mucho más perfecto de La metafísica del ping-pong. Por el hecho de que en el momento en que se toma por primera vez la raqueta no se conoce adónde puede conducir la pasión por este deporte, pero más que nada no se conoce que se ha emprendido un periplo iniciático al hallazgo de uno mismo. Durante este viaje de perfeccionamiento deportivo y metafísico, Guido Mina di Sospiro no solo se ha enfrentado a todo tipo de contrincantes, y ha afinado su técnica, táctica y estrategia, sino ha popular la relevancia de dejarse asesorar por un profesor. Merced al ping-pong y en pleno fulgor del juego, ha aprendido la lógica no lineal, la estrategia de Sun Tzu