Pastores del mal (Narrativa nº 112)

En el momento en que el padre Damián Isún cambió de posición para acomodarse en su cama, el corazón le dio un vuelco al palpar, bajo la colcha, el cuerpo desvisto y sin vida de uno de sus alumnos. ¿De qué manera había llegado allí? El pavor se apoderó de él y asistió a su viejo acólito, mosén Estanis, en pos de asistencia y cobijo.
El mosén no vaciló en entrar en contacto con el comisario Javier Gallardo, que más allá de que se había retirado hacía poco del servicio, jamás podría olvidar que le debía su historia al espiritual. De esta forma, al lado del en este momento inspector jefe Raúl Olaya, Gallardo procurará probar la inocencia del padre Damián.
Juntos descubrirán una vigorosa organización en todo el mundo cuya voracidad desaforada destruye y usa a cientos y cientos de pequeños y entre cuyos líderes se encuentran relevantes integrantes de la banca, la política, las finanzas o la Iglesia.
Con una prosa incontenible, directa y sin artificios, pero completamente adictiva, Félix García Hernán maneja, con la precisión de un relojero, o mejor, de un cirujano, una trama que nos va a llevar, sin un respiro, de Barcelona a Roma, Novedosa York, París o Wisconsin, y lo asegura como un narrador singularmente dotado para novelas donde lo popular y la demanda conviven con la acción mucho más vertiginosa.