Cásate conmigo

Jamás he escondido mi homosexualidad. Y como príncipe, absolutamente nadie está fuera de mi alcance... salvo mi mejor amigo.


Da igual con quién me vaya a casa, siempre y en todo momento imagino que es él. Sé que es patético. Él jamás me amará, no de la forma que yo deseo que lo lleve a cabo. Pero no puedo evitarlo. Lo amo bastante y amo a su bebé tal y como si fuera mía.


Sostengo mi distancia... siendo un óptimo amigo... Me digo que con eso basta. Hasta el día en que él viene a mí con una petición: cásarme con él a fin de que logre sostener la custodia de su hija.


No existe nada que no haría para resguardarlo a él y a su bebé... aun si eso significa romper mi corazón. Él considera que o sea solo un matrimonio por conveniencia, pero para mí, cada instante es una tortura. Está tan cerca, pero no puedo tocarlo. Está justo junto a mí y, no obstante, jamás va a ser mío.


Únicamente una cosa es segura: jamás debe entender mi misterio. Que en el momento en que intercambiamos votos, deseé decir cada palabra que pronuncié.


Suceda lo que suceda, lo amaré y voy a cuidar a él y a su pequeña pequeña para toda la vida.