De la intención a la acción: Un plan para la digitalización de Puerto Rico: Episodio 4.0

Escribo para todos los que estamos defraudados. La gente que han protestado y votado por el cambio solo para acabar con exactamente las mismas promesas infringidas. El fantasma de servicios que se piensa que tienen que proveer los gobiernos es aún mucho más crítico, mucho más fundamental el día de hoy que jamás. Una secuencia de acontecimientos extremos (epidemias, catastrofes naturales, indecisión económica y financiera y malestar popular) golpean a los gobiernos de todo el planeta. El encontronazo provocado por todos estos acontecimientos se vió exacerbado por la incapacidad del gobierno en contestar de forma correcta. Esa falta de aptitud hay que en parte a que los primordiales pilares que conforman nuestra democracia (ejecutivo y legislativo) no han comprendido y bastante menos explotado el potencial que la era digital provee para una transformación deliberada de un país.
Soy leal fiel que la contestación a varios de nuestros desafíos está en una composición digital que responda a las esperanzas de la era.

Un Puerto Rico de vanguardia necesita un gobierno con la capacidad de llevar a cabo la transición de modelos físicos obsoletos, que si bien sirvieron de manera exitosa anteriormente, su efectividad es nula en el presente digital que vivimos. Un Puerto Rico digitalizado es viable si nos atrevemos a cambios revolucionarios. Este libro muestra un mapa