Viaje a la aldea del crimen

En el primer mes del año de 1933 se causó una revuelta en un pequeño pueblo gaditano, Viviendas Viejas, que fue salvajemente sofocada por las fuerzas del orden republicanas. Veinticinco personas perdieron la vida en unos hechos que a la postre terminarían forzando la dimisión del presidente del Gobierno, Manuel Azaña.

Desde el primer instante hubo inquietudes en relación a la versión oficial de los hechos y múltiples cronistas se desplazaron enseguida a Viviendas Viejas para conseguir mucho más información. Uno fue Ramón J. Sender, ahora por entonces popular escritor y periodista, quien el 19 de enero publicaría en el jornal La Independencia la primera de una secuencia de crónicas sobre lo sucedido. Poco después, Sender aprovecharía la información compendiada por la comisión parlamentaria y el posterior juicio a los mandos que dirigieron la opresión para reestructurar y agrandar los contenidos escritos de las crónicas y proporcionarles forma de libro.

Anunciado por vez primera en 1934, Viaje a la aldea del delito es de los mejores documentales españoles del siglo veinte y un libro primordial para comprender las profundas tensiones políticas y sociales a las que debió llevar a cabo frente la Segunda República.

«Fue un escritor incontenible que se comprometía en las causas a las que se aproximaba, arisco, rebelde y también indisciplinado, si bien todos charlan siempre y en todo momento sobre su honradez a toda prueba, su inocencia y generosidad derrochadas con la que derramó su historia a manos repletas.»Rafael Conte (El País)

«La catástrofe de Viviendas Viejas la plasmó en Viaje a la aldea del delito con una técnica que 40 años después descubrirá y va a poner de tendencia Capote.»Lluís Permanyer (La Vanguardia)

«Todos están fallecidos en el momento en que Sender llega a Viviendas Viejas, pero él vuelve a construir sus diálogos y hasta sus pensamientos. Es espléndida literatura, alimentada por la verdad de lo que Sender sí vio [...], pero es asimismo ficción, en un nivel que es imposible determinar.»Antonio Muñoz Molina (Babelia - El País)