Confesiones de un burgués

A la temprana edad de treinta y 4 años, Sándor Márai escribía un libro de memorias de una madurez asombroso. Fruto de una vida intensa y viajante, las pasmosas páginas de Confesiones de un burgués poseen la raíz de toda la obra del enorme escritor húngaro.

Aquí están sus lecturas, su obsesión por redactar, su pasión por el periodismo, sus amantes, su matrimonio, los encuentros con autores insignes, los viajes, el sentimiento de desarraigo, el espectro del alcoholismo.

Descendiente de una rica familia de origen sajón, domiciliada desde hacía siglos en Hungría, Márai comienza su relato con una descripción de la próspera y confiada burguesía a la que forma parte, que semeja vivir en un planeta ideal en el que reinan la civilización y la tolerancia. Esta plácida vida se va a ver truncada ásperamente el verano de 1914, en Sarajevo, con el homicidio del heredero al trono de los Habsburgo. Márai es llamado a filas con diecisiete años y, al terminar la guerra, su familia lo manda a Alemania a estudiar periodismo.

Allí, como periodista del respetado períodico alemán Frankfurter Zeitung, Márai empieza un peregrinaje por la Europa de los años veinte: de Leipzig a Weimar, de Fráncfort a Berlín, va a ser testigo de la rápida transformación de un conjunto de naciones que, entregado a la frivolidad y el desenfreno, ignora las corrientes de odio que medran en su seno y que lo van a conducir irremisiblemente a la catástrofe. Florencia, Londres, Oriente Medio y, naturalmente, París, eje central de la vida bohemia y cosmopolita, van a ser una parte del itinerario de Márai, hasta el momento en que, al fin, desaparecida su familia y su clase popular y desmembrado su país, opta por recluirse en la única patria viable para un escritor, «la patria verídica, que quizá sea la lengua o quizá la niñez».

Así, su destino iba a ser dejar perseverancia de una cultura cuyo esplendor y ocaso había vivido en carne propia, yrelatar la narración de esa dolorosa separación como último narrador de un cosmos «que creí aen la fuerza de el intelecto y el espíritu».

Opiniones:
«Entre los rescates literarios mucho más agraciados de los últimos tiempos.»
Babelia

«Un creador de soledades claustrofóbicas que, con franqueza, me conmueve.»
La Vanguardia

«El camino iniciático personal y la historia colectiva, vertido en un artículo impresionista de alta definición que todavía el día de hoy guarda íntegra su lozanía y subyuga y arrastra al lector.»
Robert Saladrigas, Etnias

«Un libro capital para entender, desde la visión de aquel mismo instante, la convulsa Europa de entreguerras.»
Ángel Rodríguez Abad, Gaceta de Libros