Tú disparaste primero

Patrick McBane es un millonario que precisa asistencia. Es inútil de lidiar con el mal de perder a su hermana Felicia y bastante menos con la compromiso de adoptar a su sobrino. De ahí que no posee mucho más antídoto que contratar a Lía. Instalada en el cuarto de convidados, Patrick piensa que es perfecto para tratar con su sobrino y tirarle una mano las veinticuatro horas del día.
Para Lía, McBane no era mucho más que un trabajo: fingiendo ser niñera, su único propósito era resguardar la vida del magnate y del bebé a fin de que los asesinos de Felicia no llegaran hasta ellos. Era una misión bien difícil, pero considerablemente más bien difícil va a ser ignorar las chispas que brincan entre ellos y no caer rendida en los brazos de McBane.
¿Puede una relación fundamentada en cientos y cientos de patrañas subsistir al fuego enemigo?