El olor de la noche (Comisario Montalbano 8)

Una exclusiva y emocionante aventura del comisario mucho más popular de Italia: Salvo Montalbano.

El otoño ha regresado a Vigàta con ciertas sorpresas. Mientras que Mimì Augello, el brazo derecho del comisario Montalbano, ha tirado la toalla y está a puntito de casarse, don Salvo soporta la enésima reprimenda de Livia por haber deteriorado el suéter que le obsequió. Pero, como la vida hay que vivirla, Montalbano ahora está nuevamente curioseando en un caso extraño, tan anómalo como que el cadáver aún no ha aparecido. La curiosidad irrefrenable del comisario y su innato sentido de la sospecha lo inducen a investigar la desaparición de un financiero y su ayudante, que han saqueado a medio pueblo y aledaños. La incógnita podría detallarse como una vulgar fuga con el botín sustraído a las varias ánimas crédulas de la euforia de la bolsa, pero otra bastante mucho más atroz semeja imponerse.

En todo caso, a estos misterios se aboca Montalbano con esa falta de prejuicios y esa lógica tan especial que tanta admiración lúcida. En la medida en que su capacidad y su afán de justicia le dejen llegar hasta la realidad, va a poder entonces decirse «que el fragancia de la noche había cambiado: era un perfume fresco y rápido, un perfume de yerba tierna, de verbena y albaca».