Gregario

Charly Wegelius, nativo de Finlandia pero criado en York, Enorme Bretaña, fue entre los corredores británicos mucho más reputados del pelotón en todo el mundo, donde rodó como profesional a lo largo de la primera década de este siglo. Como profesional, jamás ganó nada. Como muchos otros corredores que no se vistieron de amarillo o no subieron jamás a un podio, su trabajo era el de gregario: contribuir a su jefe de filas a ganar, aun en el momento en que esto supusiese abandonar cualquier opción de victoria o gloria personal. Era un "soldado raso" y luchó para abrirse sendero en entre los deportes mucho más duros y rigurosos que hay.
"Gregario" es un testimonio impresionante, franco y duro del verdadero planeta del ciclismo profesional: el genuino, el de los hoteles de mala muerte, el de los sueldos bajos y la indecisión laboral, el de las caídas a toda agilidad que hacen peligrar una carrera, el de los problemas del que sabe que jamás va a llegar a resaltar y cuyo nombre no va a pasar a las historia. Pero, más que nada, esta autobiografía es un canto excelente al sueño de un hombre: el de un ciclista de pura cepa que jamás se dopó "en el momento en que otros muchos de su ambiente sí lo hacían" y que llevó su cuerpo alén del límite del mal, sacrificando una juventud para ver hecho situación su sueño de niñez, en el momento en que, de niño, estudiaba fascinado los mapas del sur de Francia por donde se corría el Tour.