El 16 de septiembre de 2010, José María Mínguez pronunció la lección inaugural del curso académico 2010-2011 de la Facultad de Salamanca. Una lección que, con el título «La Historia y el historiador, frente a la sociedad», hacía una ojeada a la evolución de la historia como especialidad científica y al papel de los historiadores y su deber con la sociedad de nuestros días. Reclamaba en su alegato la sinceridad del historiador, que no debe plegarse dócilmente a los dictados de los que ostentan o detentan el poder para hallar mayor reconocimiento popular, sino, desde nuestra ideología, debería crear un alegato que invite a la sociedad a repensar el pasado desde la sana práctica de la crítica reportaje y empleando una metodología científica sólida aplicada a la construcción de la Historia que deje ajeno cualquier oportunidad de una historia manipulada.